El horno de cocer pan ha constituido una construcción elemental en el contexto de la arquitectura popular de Liébana, convirtiéndose en uno de los complementos habituales en gran cantidad de casas unifamiliares. Los hornos lebaniegos tomando como referencia los aún existentes son de sección semiesférica o cuadrada, construidos en su mayoría en piedra, teja y algunos en arcilla, si bien el ladrillo ha supuesto en algunas ocasiones otro material mas a emplear.
Ya en en terreno puramente estricto del funcionamiento del horno, se iniciaba este con la preparación del fuego, coincidiendo con el momento de la partición de la masa para dar forma a los panes.
Desde tiempos inmemorables, el pan se ha venido haciendo en muchos hogares de Liébana, iniciándose el declinar de esta secular tradición a partir de la década de los 50. Pese al paulatino desuso de los hornos, mas perdurable ha sido la costumbre de hacer pan en los hogares lebaniegos. Tradicionalmente esta labor ha sido una práctica bastante habitual, con el uso para la cocción del mismo de los fogones de las cocinas económicas que fueron sustituyendo a las cocinas de fuego bajo, si bien el número de panes que se cocían ya era menor.