Ver anochecer en la Villa de Potes es todo un espectáculo, y una experiencia apasionante el pasear entre sus empedradas callejas iluminadas por la claridad de la luna y por la tenue luz de los forjados faroles de estilo medieval que confieren a este pueblo un aire mágico que nos traslada a otra época.
Es el momento para descubrir los aspectos mas desconocidos de esta Villa. Cuando el silencio y la oscuridad le confieren un toque de misticismo y recogimiento solamente truncado, en ciertas zonas del lugar, por el rumor que produce la gente disfrutando de las numerosas tabernas donde deleitarse degustando los exquisitos vinos de Liébana en sus pintorescas terrazas o junto al apacible calor de sus chimeneas en las noches de invierno.